Ministerio de Educación

Una novela interesante quizá por el lúcido examen que realiza sobre la posibilidad de alcanzar la madurez y sentir al mismo tiempo la omnipresencia de la derrota. La voz de Fernández, el narrador, está bien construida y resulta atractiva para el lector (ésta suele mostrarse ágil, y sobre todo capaz de moverse naturalmente por las diferentes hebras que traman su vida). La cercanía con la novela negra aumenta también el valor de la obra (no por nada se trata de un género con excelente acogida pública).